Es el tratamiento de moda, y la razón es muy sencilla: consigue el que es sin duda el resultado más demandado en medicina, el efecto buena cara.
¿Qué es?
Se trata de un inyectable de ácido hialurónico diseñado para corregir pequeñas arrugas, restablecer la hidratación, la suavidad y la elasticidad de la piel y atenuar pequeñas marcas de acné o cicatrices. Un tratamiento que devuelve la luminosidad perdida. En definitiva, una piel jugosa y tersa durante medio año.
¿Qué le diferencia de otros tratamientos inyectables?
El volite consigue hidratar la piel sin aportar volumen, manteniendo la naturalidad y expresión de cada persona con una sola sesión inferior a 30 minutos, algo que con otros tratamientos se logra en varias. También destaca su composición, ya que conjuga ácido hialurónico de alto y bajo peso molecular, lo que significa un efecto de mayor duración y mejor soporte estructural.
¿Se aplica exclusivamente en el rostro?
No, también puede utilizarse en cuello y escote para mejorar la apariencia de pequeñas arrugas y devolver a la piel su elasticidad natural, y en las manos, disimulando marcas e imperfecciones.
¿Cómo es su procedimiento de aplicación?
Primero, se puede aplicar una anestesia tópica en pacientes más sensibles, pero no es necesario, ya que el propio producto contiene analgésico, haciendo del que el procedimiento sea indoloro y prácticamente indetectable. Se infiltra en sesiones de aproximadamente 30 minutos de duración y se recomienda en pacientes a partir de los 35 años con la piel castiga por el tabaquismo y el sol.
¿Se puede utilizar junto con otras técnicas?
Si, y de hecho combinarlo con tratamientos como las inyecciones de vitaminas, los hilos tensores y la luz pulsada potencia y complementa sus resultados. Pero es importante que después del primer tratamiento mínimo esperemos de 4 o 5 días.
Siempre previa realización del tratamiento, la Doctora Méndez de Vigo analiza cada caso concreto aconsejando al paciente para conseguir los mejores resultados.
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